La ciudad de las bestias
Este libro trata de un joven llamado Alexander Cold, del cual su madre estaba enferma de cáncer y tenían que llevarla a las quimioterapias, Alex sentía que su familia se estaba desintegrando. Alex había tenido una pesadilla en la cual, un buitre gigante se llevaba a su madre, después de esta pesadilla se despertó aterrorizado. Al día siguiente mientras desayunaban, su padre les dio una noticia, los mandaría con sus abuelas. A las dos hermanas menores de Alex las enviaría con su abuela materna y en cambio a Alex lo enviaría con su abuela paterna Kate Cold. Alex se sintió muy mal al saber esto, pues su abuela Kate no le caía muy bien, lo trataba de lo peor.
Cuando llegó el momento de ir con la abuela, Alex tuvo que viajar solo a Nueva York, se suponía que su abuela lo recogería en el aeropuerto pero jamás llegó, allí Alex conoció a una muchacha muy rebelde que le dijo que lo llevaría a casa de su abuela, viajaron juntos en autobús y luego se detuvieron a comer algo, entonces Alex aprovechó para ir al baño, dejó su mochila ahí tirada en los lavabos, y cuando salió se dio cuenta de que lo habían robado y descubrió que había sido la muchacha que conoció.
Después Alex preguntando pudo llegar a casa de su abuela, quien lo estaba esperando, Alex reclamó a su abuela el porqué no había llegado por él y su abuela le respondió que si no era capaz de llegar a su casa, menos sería capaz de ir con ella a la selva. Alex le contó Kate que lo habían robado. Ante esto Kate le contó que tenía que hacer un viaje al Amazonas para escribir un reportaje acerca de una gigantesca bestia con aspecto humano que ahí se encontraba. Luego Kate le dio un estuche que contenía la flauta de Joseph Cold su abuelo, y Alex se emocionó, pues a él le gustaba tocar la flauta.
Después Kate y Alex partieron en avión a Brasil mientras Kate le comentaba que irían al río negro hasta el alto Orinoco, de ahí se suponía que provenía la bestia. Después del aterrizaje, Kate y Alex se reunieron con los demás expedicionarios, donde conoció a Nadia hija del guía. Nadia lo llevó a conocer el pueblo pero los sorprendió la lluvia y fueron a refugiarse a la iglesia donde Nadia le presentó a Alex al padre Baldomero quien les contó sobre la bestia que andaban buscando.
En uno de sus campamentos Alex y Nadia se alejaron un poco de los demás y ahí fue donde un viejo chamán se les apareció y conversó con Nadia, quien ya lo conocía y sabía hablar su lengua, éste le dio a Nadia un amuleto que la protegería y serviría para llamarlo. Una noche Alexander Cold, mientras pensaba en algunas cosas escuchó murmullos y se levantó a revisar, fue por Nadia y juntos fueron a ver qué pasaba y descubrieron que unos de los expedicionarios; el capitán Ariosto y Mauro Carías, quienes al parecer hacían un plan maligno para la expedición, pues los escucharon hablar de Kate, el guía Cesar Santos, etc. los muchachos trataron de advertirles a los demás pero no les tomaron importancia.
Antes de partir a la expedición los expedicionarios fueron invitados a casa de Mauro Carías donde Alex vio a un jaguar negro le atrajo mucho y sintió que lo llamaba y de pronto se vio sólo él y el jaguar, solos en una oscuridad, como en un sueño, y se acercó inconscientemente al jaguar pero enseguida los soldados lo apartaron, cuando despertó de su trance vio que traían a un mono y lo echaron a la jaula del animal pero en seguida Cesar Santos tiró un balazo y lo mató, provocando la ira de Mauro. Después de un momento se tranquilizó. Después Alex le contó a Nadia sobre su transe y Nadia le respondió que había pasado eso porque el jaguar era el animal totémico de Alex.
Más tarde se encontraron navegando los expedicionarios entre ellos iba un indio llamado Karakawe, de quien Alex y Nadia sospechaban que era el cómplice de Mauro Carías, entonces los muchachos pensaban, en qué consistía el plan de Mauro y Ariosto. Mientras navegaban observaban un hermoso paisaje prehistórico, durante sus campamentos Alex sentía que los vigilaban pero no podía ver a nadie. Durante la navegación mataron repentinamente a un soldado pero no pudieron percibir quién había sido. Así que en todos los campamentos se turnaban para montar guardia durante turnos.
En una ocasión Nadia y Alex se sintieron rodeados por los indios pero éstos se hacían invisibles entre la neblina y la selva, Nadia trató de comunicarse con ellos pero de pronto se desaparecieron. En otra ocasión se volvieron a encontrar con los indios pero esta vez los indios sí se acercaron y los reptaron y se los llevaron a su aldea donde conocieron a un viejo que era el jefe de la tribu al que Nadia llamó Mokarita. Estuvieron conviviendo con ellos y los indios les explicaron que estaban protegiéndose de los forasteros. Luego hicieron un viaje y se encontraron con una enorme montaña de la que caía una cascada a la cual debían subir, entonces Nadia les explicó que ella no podía subir ahí y los indios se molestaron pero a Alex se le ocurrió sacar su flauta, y se puso a tocar y con eso los tranquilizó. Después Alex les sugirió que les dieran una cuerda para subir a la montaña. Después los llevaron a Tapirawa-teri la aldea en donde se encontraba toda la tribu ahí prepararon los habitantes una fiesta para celebrar el regreso de los guerreros, después de la fiesta murió Mokarita quien había tenido un accidente en el ascenso a la cascada, y los guerreros pensaron que el culpable de eso era Alexander y se propusieron darle un castigo, esa era la tradición de la tribu, pero antes de que eso sucediera apareció Walimaí y explicó que ese muchacho era importante porque ayudaría a la tribu a salvarse de los nahab (forasteros).
Entonces le organizaron un rito de iniciación para convertirlo en guerrero, lo golpearon, lo torturaron y, si sobrevivía a eso estaba listo, se había convertido en hombre, según las creencias de la tribu. El rito de iniciación lo hicieron fuera de la aldea porque las mujeres y niños no debían ver eso, cuando terminó el rito se llevaron al muchacho casi moribundo devuelta a la aldea.
Después de todo, los indios le dieron a Alex sus armas de guerrero y Walimaí los llevó (a Nadia y a Alexander) a la tierra de los dioses, para conseguir agua de la eterna juventud y tres huevos muy valiosos que parecían diamantes y servirían para salvar a los indios. En ese lugar se encontraban las bestias que habían ido a buscar los expedicionarios, eren unas bestias enormes, de grueso pelaje, y que se movían con mucha lentitud. Negociaron con ellos para que les cedieran lo que habían ido a buscar, cuando eso pasó, Walimaí mandó a Nadia a buscar los huevos y a Alexander a buscar el agua.
Nadia subió a la cumbre del tepuí para conseguir los huevos de cristal, el ascenso fue muy agotador pero dándose valor lo logró, pero para conseguir los huevos tenía que dejar algo a cambio, tuvo que dejar su amuleto. Alex tuvo que recorrer un túnel para conseguir el agua, el camino fue también muy agotador porque había un olor terrible, cuando llegó al lugar donde se encontraba el agua se encontró con muchos diamantes y pensó en tomarlos pero no se dejó vencer por la tentación y siguió su camino. De igual manera tuvo que dejar algo a cambio para poder conseguir el agua, dejó su flauta.
Después de cumplir su misión regresaron a donde las bestias, ahí Walimaí les entregó otras cosa más, regresaron a la aldea y se encontraron con helicópteros y soldados buscándolos, Walimaí se ocultó porque esas personas no debían verlo. Nadia y Alex corrieron con su familia a encontrarlos. Los expedicionarios le pidieron a Nadia que les ayudara a convencer a los indios para que se dejaran vacunar por la doctora Omayra Torres, los indios se aparecieron varias veces ante los forasteros hasta que Nadia los convenció de que se dejaran vacunar, pero Nadia una noche antes había visto a Omayra y a Mauro Carías juntos muy sospechosos, recordó el plan de Mauro para acabar con los indios. Antes de que la doctora comenzara a vacunar a los indios, y muy a tiempo, llegó a la conclusión de que el Rahakanariwa, al que tanto le temían los indios no era un ave gigante sino las vacunas, que no contenían medicina sino el virus del sarampión, en seguida se fue encima de la doctora y le tumbó la inyección, advirtió desesperadamente a los indios de que se había equivocado, las inyecciones no eran para protegerlos sino para matarlos. Enseguida comenzó una pequeña matanza. Después de todo eso el capitán Ariosto no sabía qué hacer, había matado a varios indios y a su cómplice Mauro lo habían dejado inconsciente, pensó que la culpa había sido de Alex por atacarlo y pensó en castigarlo, lo ató a un árbol para que durmiera pero cuando iba a darle su castigo presintió una fetidez horrible que lo dejó paralizado al igual que a todos eran las enormes bestias, ahí Walimaí hiso su entrada se llevó a Nadia y rescató a Alex, los llevó a la aldea de los indios, ahí tomaron varias decisiones, mientras tanto, el profesor Leblanc y Kate preparaban un plan para distraer a Ariosto y no los asesinara, pero éste ya había sido asesinado por la bestia.
Los indios se mostraron ante los forasteros y les pidieron que se fueran de ahí, hicieron algunos tratos y los dejaron ir. Emprendieron el vuelo hacia Santa María de la Lluvia, al llegar ahí se encontraron con personas que conocieron antes de partir a la expedición, entonces el profesor Leblanc y Kate lucharon por que se castigara a Mauro y a la doctora Omayra por el delito que habían cometido pero no tenían pruebas pues las inyecciones habían sido destruidas en la selva, de pronto Cesar Santos sacó de su bolsillo una de las vacunas que contenía el virus lo cual alegró a Kate porque eran pruebas suficientes para denunciar a la doctora y a Mauro.
Entretanto Nadia y Alex salieron juntos al mismo lugar donde se conocieron, estuvieron platicando un buen rato preguntándose si se volverían a ver, se prometieron que se escribirían y que siempre serían amigos y después se despidieron.
FIN.
AUTOR; Isabel Allende.
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